• Dirección opuesta al destino

    Fábulas chinas
    En un país lejano, donde los caminos se cruzaban como espaguetis en un plato, vivía un hombre con un plan muy, muy grande. Quería viajar al reino de Chu, un lugar famoso por su sol y sus ricas frutas, que quedaba muy, muy al sur.

    Así que una mañana brillante, preparó su carruaje más nuevo, enganchó a sus caballos más fuertes y ¡zas! Se puso en marcha con una gran sonrisa.

    Mientras avanzaba por el camino, un campesino amable que lo vio pasar, notó algo curioso. El sol de la mañana le daba al viajero en la espalda, lo que significaba que iba… ¡hacia el norte!

    El campesino se acercó y le preguntó: "Buen señor, ¿puedo preguntar hacia dónde se dirige con tanto entusiasmo?"

    El viajero, muy orgulloso, infló el pecho y dijo: "¡Voy al maravilloso reino de Chu!"

    El campesino se rascó la cabeza. "Pero, señor, el reino de Chu está hacia el sur. Usted está yendo hacia el norte."

    El viajero se rio. "¡No hay problema! Mis caballos son los más rápidos de toda la comarca. ¡Corren como el viento! Llegaremos en un santiamén."

    El campesino, un poco preocupado, insistió: "Sí, sus caballos parecen muy veloces, pero aun así, Chu sigue estando hacia el sur."

    "¡Bah!", dijo el viajero, agitando la mano. "Además, llevo muchísimo dinero para el viaje. ¡Puedo comprar la mejor avena para mis caballos y la comida más rica para mí! No nos faltará nada."

    El campesino suspiró. "Entiendo que tiene muchos recursos, pero, con todo respeto, Chu continúa estando en dirección sur."

    El viajero, sin perder su alegría, añadió: "¡Y eso no es todo! Mi cochero es el más hábil del mundo. ¡Conoce todos los caminos y atajos! ¡Es un experto!"

    El campesino meneó la cabeza con suavidad. "Amigo mío", le dijo con calma, "sus caballos son rápidos, tiene mucho dinero y un cochero excelente. Todo eso es muy bueno. Pero si va en la dirección equivocada, cada galope de sus caballos, cada moneda que gaste y cada atajo que tome su cochero, solo lo llevarán más y más lejos del reino de Chu. Todas esas cosas buenas lo ayudarán a ir más rápido, ¡pero más rápido en la dirección incorrecta!"

    El viajero, sin embargo, estaba tan convencido de sus preparativos que no quiso escuchar. Agradeció al campesino con un gesto rápido, agitó las riendas y continuó su viaje hacia el norte, alejándose cada vez más del soleado reino de Chu al que tanto deseaba llegar.

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