• El caballo y el asno

    Fábulas de Esopo
    En un camino lleno de sol y polvo, viajaban un comerciante con su caballo y su burrito. El burrito, ¡pobrecito!, llevaba una carga enormeee, tanto que sus patitas apenas podían con ella y temblaban un poquito con cada paso. El caballo, en cambio, iba muy elegante y ligero, casi como si estuviera de paseo, sin apenas peso encima.

    Después de un rato, el burrito, resoplando, le dijo al caballo: "Amigo Caballo, ¿serías tan amable de ayudarme con una pequeña parte de mi carga? Si no, me temo que no podré seguir mucho más y tú tendrás que llevarlo todo, ¡y hasta mi piel cuando ya no sirva!"

    El caballo relinchó con orgullo. "¡Bah! ¡Qué ideas tienes! Esa es tu tarea, no la mía. Yo estoy para llevar al comerciante con estilo, no para cargar bultos pesados como tú". Y siguió caminando como si nada.

    El pobre burrito intentó seguir, pero sus fuerzas se acabaron. De repente, ¡plaf!, se desplomó en el camino y ya no se pudo levantar.

    El comerciante, al ver lo que había pasado, suspiró. Con mucha paciencia, tomó toda la carga que llevaba el burrito y la colocó sobre el lomo del caballo. Y no solo eso, sino que también puso encima la piel del burrito.

    El caballo, sintiendo el peso tremendo, pensó con tristeza: "¡Qué tonto he sido! Si hubiera ayudado un poquito a mi amigo, ahora no tendría que llevar esta carga tan pesada y, además, su piel. ¡Vaya lección me ha dado la vida!" Y así, con mucho esfuerzo, continuó el camino.

    1806 Vistas