• Las dos ranas

    Fábulas de Esopo
    En un charco lleno de flores de agua, vivían dos ranitas muy amigas. Una era súper alegre y le encantaba saltar por todas partes. La otra era un poquito más tranquila y siempre pensaba bien las cosas antes de actuar.

    Un verano, el sol brilló con tanta fuerza, ¡tanta!, que su charco empezó a secarse y a hacerse más y más pequeño.

    ¡Oh, no! dijo la rana saltarina. ¡Nos vamos a quedar sin agua!

    Tienes razón, contestó su amiga pensativa. ¡Tenemos que encontrar un nuevo hogar!

    Así que las dos ranitas salieron de su charco casi seco y empezaron a saltar y saltar por el campo, buscando un lugar fresquito con agua.

    Después de mucho buscar, ¡plas!, encontraron un pozo. Era muy, muy hondo y parecía tener agua en el fondo.

    ¡Qué suerte! exclamó la rana alegre. ¡Mucha agua! ¡Vamos a saltar adentro ahora mismo! Y se preparó para dar un gran salto.

    ¡Espera un momento! dijo la rana pensativa, deteniendo a su amiga. Este pozo es muy hondo. Si saltamos, seguro que encontramos agua. Pero, ¿qué pasará si este pozo también se seca, como nuestro charco? ¿Cómo vamos a salir de un lugar tan profundo?

    La rana saltarina se quedó quieta. Miró el pozo, luego a su amiga, y pensó. Su amiga tenía mucha razón. Sería muy difícil salir de allí si el agua desaparecía.

    Es verdad, dijo finalmente. No había pensado en eso. ¡Qué buena idea has tenido! Mejor seguimos buscando un lugar más seguro, donde podamos entrar y salir fácilmente.

    Y así, las dos sabias ranitas continuaron su camino, buscando con más cuidado un nuevo hogar donde vivir felices y seguras.

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