• El Caballo de Troya

    Mitología griega
    Hace muchísimos, muchísimos años, cuando los héroes caminaban por la tierra y los dioses miraban desde el cielo, había una ciudad muy fuerte llamada Troya. Tenía murallas altísimas, ¡tan altas que parecían tocar las nubes!

    Unos valientes guerreros de un lugar llamado Grecia querían conquistar Troya, pero ¡ay! Llevaban diez años intentándolo y no había manera. Los troyanos eran muy listos y defendían su ciudad con uñas y dientes.

    Un día, a un griego muy astuto llamado Ulises se le encendió una bombilla en la cabeza. "¡Ya sé!", pensó. "Construiremos un caballo de madera gigante, ¡enorme!"

    Y así lo hicieron. Hicieron un caballo de madera tan grande como una casa pequeña. Por dentro estaba hueco, como una piñata gigante. Los mejores guerreros griegos se escondieron dentro del caballo, ¡shhh, en secreto! Luego, los demás griegos se subieron a sus barcos y hicieron como que se iban, como si dijeran: "¡Nos rendimos, adiós Troya!" Dejaron el caballo en la playa, como un regalo misterioso.

    Cuando los troyanos vieron el caballo, se quedaron con la boca abierta. "¿Qué es esto?", se preguntaban. Un griego llamado Sinón, que se había quedado a propósito, les dijo: "Es un regalo para los dioses, para que los griegos tengan un buen viaje de vuelta a casa".

    Algunos troyanos no se fiaban. Un sacerdote llamado Laocoonte dijo: "¡No metan eso en la ciudad! ¡Es una trampa!". Y una princesa llamada Casandra, que a veces veía el futuro, también avisó: "¡Peligro, peligro!". Pero casi nadie le hacía caso a Casandra, ¡pobrecita!

    Justo entonces, ¡zas!, dos serpientes marinas enormes salieron del agua y se llevaron a Laocoonte. Los troyanos pensaron: "¡Oh, los dioses están enfadados con Laocoonte por no querer el caballo! ¡Debemos meterlo!"

    Así que, con mucha alegría y esfuerzo, los troyanos metieron el caballo gigante dentro de sus murallas. ¡Hicieron una gran fiesta! Bailaron y cantaron, pensando que la guerra había terminado y habían ganado.

    Cuando llegó la noche y todos en Troya dormían profundamente, la puerta secreta del caballo se abrió. ¡Sorpresa! Ulises y sus guerreros salieron sigilosamente, como gatitos en la noche. Corrieron a las puertas de la ciudad y las abrieron de par en par. Los otros griegos, que habían vuelto en sus barcos sin hacer ruido, entraron corriendo.

    Y así, con esa astuta trampa del caballo de madera, los griegos conquistaron la ciudad de Troya después de tantos años. Fue una noche muy triste para los troyanos, pero una gran victoria para los griegos.

    Y colorín colorado, esta historia de un caballo muy especial se ha acabado.

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