• Tocar la cítara para un buey

    Fábulas chinas
    En un campo lleno de flores de colores, donde el sol brillaba con alegría, vivía un músico muy bueno llamado Gongming Yi. A Gongming Yi le encantaba tocar su laúd, un instrumento que sonaba ¡tan bonito!

    Un día, mientras paseaba, vio a una vaca grande y tranquila comiendo hierba fresca. La vaca parecía muy contenta, masticando y masticando. Gongming Yi pensó: "¡Qué vaca tan pacífica! Seguro que le gustará mi música. Le tocaré mi canción más especial."

    Así que se sentó cerca, afinó su laúd y empezó a tocar una melodía dulce y elegante. Era una música que haría bailar a las mariposas y cantar a los pájaros.

    Pero, ¿qué creen que hizo la vaca?
    ¡Nada! Siguió comiendo hierba como si nada. Masticaba, miraba un momento al músico y volvía a su hierba. Su hocico hacía ¡chomp, chomp!

    Gongming Yi se rascó la cabeza. "Hmm, qué raro. ¿No le gusta mi música tan bonita?"

    Entonces, a Gongming Yi se le ocurrió otra idea. "Quizás esta vaca no entiende de melodías elegantes. ¡Voy a probar otra cosa!"

    Cambió su forma de tocar. Empezó a imitar con su laúd el zumbido de un mosquito molesto: ¡Bzzzz, bzzzz!
    Luego, hizo el sonido de un tábano que pica: ¡Zuum, zuum!
    Y después, tocó como si fuera un ternerito llamando a su mamá: ¡Muuuu, muuuu!

    ¿Y saben qué pasó?
    ¡La vaca levantó la cabeza! ¡Paró las orejas! ¡Agitó la cola como si quisiera espantar mosquitos! Incluso dio unos pasitos y miró a su alrededor, como si buscara al ternerito perdido. ¡Parecía que ahora sí entendía la "música"!

    Gongming Yi sonrió. Comprendió que no es que su primera música fuera mala, ¡era buenísima! Pero para que alguien te escuche y te entienda, a veces tienes que hablarle de cosas que conoce y le interesan. A la vaca le interesaban más los mosquitos y los terneritos que las melodías elegantes. ¡Y eso está bien!

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