La leona
Fábulas de Esopo
En la vasta sabana, donde los árboles de acacia dan sombra y los pastos se mecen con el viento, vivía una zorra un poco presumida. Un día, se encontró con la Leona, que paseaba tranquilamente con su único cachorro.
La zorra, que acababa de tener una camada grande, no pudo evitar presumir. "¡Hola, Leona!" dijo con voz chillona. "Mira todos mis hijitos. ¡Tengo cinco este año! Todos sanos y correteando por todas partes. ¡Soy una madre muy afortunada y productiva!" Y se hinchó de orgullo mirando a sus pequeños zorritos jugar.
La Leona la miró con calma, observando al único cachorro que caminaba a su lado, fuerte y seguro.
La zorra continuó: "¿Y tú, Leona? Siempre te veo con uno solo. ¿No te gustaría tener más? ¡Debe ser un poco solitario con solo un cachorro!"
La Leona sonrió con serenidad. Miró a su cachorro con amor y luego a la zorra. "Es verdad," respondió con su voz profunda y tranquila. "Solo tengo uno". Hizo una pausa y añadió: "Pero es un león".
La zorra se quedó callada por un momento, pensando en las palabras de la Leona. Quizás tener muchos no era siempre lo más importante.
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