La zorra y la máscara
Fábulas de Esopo
Una tarde soleada, un zorro llamado Zuri, que tenía la nariz más curiosa de todo el bosque, se encontró husmeando cerca de una vieja tienda de cosas antiguas que ya nadie visitaba.
La puerta estaba un poquito abierta, ¡y Zuri no pudo resistir la tentación! Entró de puntillas. Dentro, todo estaba cubierto de polvo, pero en un rincón, algo brillante llamó su atención. ¡Era una máscara! Una máscara muy elegante, con una sonrisa pintada y ojos grandes y expresivos. Parecía la cara de una persona muy importante y sabia.
Zuri se acercó con cuidado. "¡Qué cabeza tan bonita!", pensó. La olfateó. La empujó un poquito con su hocico. La levantó con sus patas. ¡Pero qué sorpresa! La máscara era muy ligera. Zuri la giró y vio que por dentro estaba completamente vacía.
El zorro la miró un rato más y luego, moviendo la cabeza, dijo en voz baja: "¡Qué pena! Tanta belleza por fuera, ¡pero nada de cerebro por dentro!".
Y con esa idea, Zuri salió de la tienda, moviendo su cola, pensando que a veces las cosas más bonitas por fuera no siempre son las más valiosas por dentro.
1555 Vistas