La Llave de Oro
Cuentos de los Hermanos Grimm
En un día de invierno, cuando la nieve lo cubría todo como una manta blanca y suave, un niño pequeño tuvo que salir al bosque a buscar leña. Hacía tanto, tanto frío que sus deditos estaban rojos y casi no los sentía.
Así que, para calentarse un poco, decidió hacer una pequeña hoguera. Empezó a apartar la nieve con sus manos y, ¡sorpresa! Debajo de la nieve, encontró algo brillante. Era una llavecita, ¡toda de oro!
El niño pensó: "¡Qué maravilla! Si hay una llave, seguro que por aquí cerca hay una cerradura donde encaja".
Así que se puso a cavar más y más en el mismo sitio. Y después de un ratito, ¡zas! Encontró una cajita de hierro.
"¿Será que esta llavecita dorada abre esta caja de hierro?", se preguntó con el corazón latiéndole fuerte.
Buscó el agujerito de la cerradura en la caja, pero al principio no lo veía bien porque estaba un poco oxidada. Sopló un poquito, limpió con su guante y ¡ahí estaba!
Con mucho cuidado, metió la llave en la cerradura. ¡Y encajaba perfectamente! ¡Qué emoción!
Empezó a girar la llave, una vuelta, dos vueltas...
Y ahora, todos tenemos que esperar hasta que él termine de abrirla del todo para saber qué tesoros maravillosos hay dentro de esa cajita. ¿Te imaginas qué podría ser?
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