El Ragnarök
Mitología nórdica
Escuchen con atención, pequeños aventureros, porque les voy a contar una historia de valientes dioses, gigantes gruñones y un lobo muy, muy grande. Esto no empezó con un "érase una vez", sino con un frío que calaba hasta los huesos.
Imaginen que un invierno larguísimo, llamado Fimbulvetr, llegó a todos los mundos. ¡Hacía tanto, tanto frío que hasta los osos polares buscaban una manta extra! El sol y la luna parecían asustados y se escondían más de lo normal. La gente y hasta los dioses empezaron a portarse un poco mal, olvidando ser amables.
Y en medio de este frío y confusión, el travieso Loki, que siempre andaba haciendo de las suyas y estaba castigado, ¡logró escaparse! Era muy astuto, y sus hijos eran un poco... especiales: un lobo gigante llamado Fenrir, con unos dientes que daban miedo, y una serpiente enorme, Jörmungandr, tan larga que podía rodear el mundo entero.
El dios Heimdall, que tenía una vista superpoderosa y un oído finísimo, vio que se acercaba el peligro. Estaba en el puente arcoíris, Bifröst, y ¡PUM! Sopló su cuerno mágico, Gjallarhorn. El sonido retumbó por todos los rincones, como una alarma gigante: ¡Prepárense, algo grande y terrible va a pasar! Era la señal del Ragnarök, la gran batalla final.
Odín, el papá de todos los dioses, el más sabio, reunió a sus valientes guerreros, los Einherjar, que vivían en el Valhalla. Thor, el dios del trueno, con su martillo Mjölnir que siempre volvía a su mano, ¡estaba listo para la acción! Freyr, el dios de la cosecha y el sol, también se preparó.
Pero del otro lado venían los enemigos. Los gigantes de hielo, ¡enojadísimos!, marchaban hacia Asgard, el hogar de los dioses. Con ellos venía el lobo Fenrir, liberado de sus cadenas mágicas, abriendo su boca tan grande que parecía que iba a tragarse el cielo. La serpiente Jörmungandr salió del mar, provocando olas gigantes. Y Loki, claro, lideraba un ejército de seres oscuros desde el reino de Hel, la diosa del inframundo. También llegó Surt, un gigante de fuego con una espada que brillaba más que el sol.
¡Y comenzó la gran batalla en el campo de Vigrid! Fue un choque tremendo.
Odín, muy valiente, montó en su caballo de ocho patas, Sleipnir, y luchó contra el lobo Fenrir. Pero el lobo era demasiado grande y fuerte y... ¡ñam! se comió a Odín. ¡Qué tristeza! Pero Vidar, uno de los hijos de Odín, un dios silencioso pero muy fuerte, vengó a su papá y acabó con Fenrir.
Thor, con su martillo, peleó contra su vieja enemiga, la serpiente Jörmungandr. ¡ZAS! Thor golpeó con todas sus fuerzas y venció a la serpiente. Pero mientras la serpiente caía, escupió tanto veneno que Thor, después de dar nueve pasos, también cayó. ¡Ambos se derrotaron!
Freyr luchó valientemente contra el gigante de fuego Surt. Pero Freyr había regalado su espada mágica tiempo atrás, y aunque peleó con todas sus fuerzas, Surt y su espada de fuego fueron demasiado para él.
Loki y Heimdall, que no se llevaban nada bien, lucharon el uno contra el otro. Fue una pelea muy reñida, y al final, los dos cayeron.
El gigante de fuego, Surt, al ver tanta destrucción, agitó su espada de llamas y ¡fuego por todas partes! El mundo entero empezó a arder. Las estrellas cayeron del cielo, la tierra tembló y se hundió en el mar hirviente. Parecía el fin de todo.
Pero, ¿saben qué? Después de la tormenta siempre llega la calma. Y después del fuego y el agua, lentamente, un mundo nuevo y verde comenzó a surgir del mar. ¡Más bonito y fresco que antes!
Algunos dioses buenos sobrevivieron. Vidar y Vali, hijos de Odín, estaban allí. También Modi y Magni, los hijos de Thor, quienes encontraron el martillo Mjölnir de su padre. Y ¡sorpresa! Baldur, el dios más bueno y querido, que había muerto antes de todo esto, regresó del reino de Hel junto con su hermano Hod.
También dos humanos, un hombre llamado Lif y una mujer llamada Lifthrasir, se habían escondido en las ramas de un árbol mágico llamado Yggdrasil y sobrevivieron al gran fuego. Ellos serían los encargados de poblar el nuevo mundo con gente buena.
Y así, después de la gran batalla del Ragnarök, donde muchos valientes cayeron, comenzó una nueva era, llena de esperanza, con un mundo limpio y listo para ser descubierto de nuevo, donde los dioses y los humanos podrían vivir en paz.
1896 Vistas