• Los Ocho Inmortales Cruzan el Mar

    Mitología china
    En un lugar muy, muy lejano, donde el cielo se junta con las nubes más altas, vivían ocho amigos muy especiales. No eran amigos comunes y corrientes, ¡no señor! Eran los Ocho Inmortales, y cada uno tenía un poder mágico diferente y divertido.

    Un día soleado, después de una gran fiesta en el palacio de una reina muy importante, los Ocho Inmortales decidieron que querían visitar una isla mágica llamada Penglai, que flotaba en medio del gran Mar del Este.

    Cuando llegaron a la orilla del mar, se dieron cuenta de que no había ningún barco. "¿Y ahora cómo cruzamos?", preguntó uno de ellos.

    Lü Dongbin, que era muy ingenioso y llevaba una espada mágica, sonrió y dijo: "¡Tengo una idea! En lugar de buscar un barco, ¿por qué no usamos cada uno nuestros poderes para cruzar? ¡Será más divertido!"

    A todos les pareció una idea genial.

    El primero fue Li Tieguai, que cojeaba un poquito y siempre llevaba una calabaza de hierro y un bastón. Tiró su bastón al agua y ¡hop! El bastón se convirtió en un pequeño bote sobre el que pudo flotar.

    Luego, Han Zhongli, que tenía una gran barriga y un abanico mágico hecho de plumas, agitó su abanico sobre las olas. ¡Zas! El abanico se hizo tan grande que pudo subirse encima y navegar como si fuera una tabla de surf gigante.

    Zhang Guolao, un viejito simpático que siempre montaba un burrito de papel, ¡decidió montar su burrito al revés! Y el burrito, que también era mágico, empezó a caminar sobre el agua como si fuera tierra firme, ¡sin mojarse ni un poquito!

    Lü Dongbin, el de la idea, sacó su espada brillante, la lanzó al mar y ¡splash! La espada se transformó en un puente estrecho pero firme por donde cruzó con elegancia.

    He Xiangu, la única chica del grupo, llevaba una hermosa flor de loto. Con mucho cuidado, puso la flor en el agua. La flor de loto empezó a crecer y crecer hasta convertirse en una balsa preciosa y perfumada sobre la que navegó tranquilamente.

    Lan Caihe, que siempre iba vestido de azul, cantando y tocando unos pequeños platillos, llevaba una cesta de flores. Tiró su cesta al agua y, para sorpresa de todos, ¡la cesta flotó como el mejor de los barcos! Se subió y siguió cantando.

    Han Xiangzi, que era un músico excelente, sacó su flauta de jade. Empezó a tocar una melodía tan bonita que las olas se calmaron y formaron un camino suave para que él pudiera pasar caminando sobre ellas.

    Y el último, Cao Guojiu, que llevaba unas tablillas de jade que usaba para hacer música, las golpeó suavemente una contra otra. ¡De repente, apareció un camino de luz brillante sobre el agua, y él caminó sobre ese camino como si fuera una alfombra mágica!

    El Rey Dragón del Mar del Este, que vivía en un palacio de cristal en el fondo del mar, vio todo este espectáculo desde su ventana. Al principio se enfadó un poco porque nadie le había pedido permiso para cruzar su mar de formas tan extrañas. Pero luego, al ver lo ingeniosos y poderosos que eran los Ocho Inmortales, y que no estaban haciendo ningún daño, se quedó maravillado. "¡Vaya, vaya!", pensó el Rey Dragón. "¡Qué personajes tan interesantes!"

    Así, uno por uno, los Ocho Inmortales cruzaron el gran Mar del Este, cada uno usando su magia y su ingenio. Llegaron sanos y salvos a la isla de Penglai, riéndose y comentando la divertida aventura que acababan de tener. Y demostraron que, con un poco de imaginación y trabajando juntos (o cada uno a su manera), ¡no hay obstáculo que no se pueda superar!

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