Chang'e vuela a la Luna
Mitología china
Dicen que hace muchísimo tiempo, en un lugar donde el cielo era muy azul, vivía un héroe muy valiente llamado Houyi. Houyi era el mejor arquero que te puedas imaginar, ¡podía acertarle a una mosca en pleno vuelo!
En aquellos días, el mundo tenía un gran problema. No había solo un sol en el cielo, ¡sino diez! Imagínate, ¡diez soles! Hacía tanto, tanto calor que los ríos empezaban a secarse, las plantas se marchitaban y la gente no sabía qué hacer. Era como estar en un horno gigante todo el día.
Entonces, el valiente Houyi decidió ayudar. Tomó su arco mágico y sus flechas más fuertes. Con mucha puntería, ¡zas!, disparó al primer sol. ¡Puf! Desapareció. Luego, ¡zas!, al segundo. ¡Puf! Y así, uno por uno, Houyi derribó nueve de los diez soles. ¡Qué alivio! Solo quedó un sol en el cielo, y la tierra volvió a tener una temperatura agradable. La gente estaba tan feliz que celebraron una gran fiesta para Houyi.
Como recompensa por su valentía, una diosa le regaló a Houyi una pastilla muy especial. No era una pastilla para el dolor de cabeza, ¡no! Era una pastilla mágica que, si te la tomabas, te hacía vivir para siempre, ¡ser inmortal!
Houyi estaba muy contento con su regalo, pero no quería tomarse la pastilla él solo. Él tenía una esposa muy hermosa y buena llamada Chang'e, a la que quería muchísimo. Así que le dio la pastilla a Chang'e para que la guardara en un lugar seguro, pensando: "Cuando sea el momento perfecto, la compartiremos y viviremos felices para siempre juntos".
Pero, ¡oh, oh! Había un hombre no muy bueno llamado Fengmeng. Fengmeng era un aprendiz de Houyi, pero en secreto era envidioso y quería la pastilla mágica para él solo. Un día, mientras Houyi estaba cazando lejos de casa, Fengmeng fue a la casa de Chang'e con la intención de robar la pastilla.
Chang'e se asustó mucho. Sabía que no podía dejar que Fengmeng se llevara esa pastilla tan poderosa. En un momento de desesperación, para evitar que cayera en malas manos, Chang'e tomó la pastilla y ¡se la tragó entera!
Apenas se la tragó, algo increíble empezó a suceder. Chang'e sintió que su cuerpo se volvía más y más ligero. ¡Empezó a flotar! Como si fuera un globo, se elevó del suelo, salió por la ventana y siguió subiendo, subiendo, subiendo hacia el cielo. No podía parar. Flotó tan alto que llegó hasta la luna.
Cuando Houyi regresó a casa, buscó a Chang'e por todas partes, pero no la encontró. Solo vio la cajita vacía donde guardaban la pastilla. Miró hacia el cielo y vio a su amada Chang'e en la luna, mirándolo desde lejos. Houyi se puso muy triste. Extrañaba mucho a Chang'e.
Desde ese día, cada año, en la noche en que la luna está más redonda y brillante, Houyi preparaba una mesa en el jardín con las frutas y los pasteles favoritos de Chang'e, esperando que ella pudiera verlos desde la luna y supiera que él no la olvidaba.
Y por eso, dicen, que si miras con mucha atención la luna llena, a veces puedes ver la figura de una hermosa mujer. Es Chang'e, la dama que vive en la luna, acompañada, según cuentan algunas historias, por un pequeño conejo de jade que le hace compañía. Y así, Chang'e vive para siempre en la luna, mirando la Tierra y recordando a su valiente Houyi.
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