La zorra y la cabeza de madera
Fábulas de Esopo
Un día soleado, mientras un zorro de pelaje rojizo y cola espesa exploraba cerca de un viejo teatro abandonado, encontró algo muy curioso tirado en el suelo. Era una cabeza. ¡Pero no una cabeza cualquiera! Era una máscara de actor, muy hermosa, con una sonrisa pintada y ojos que parecían brillar.
"¡Vaya, vaya!" pensó el zorro, acercándose con cautela. "¡Qué rostro tan elegante y qué colores tan bonitos! Seguro que pertenece a alguien muy importante y sabio."
El zorro la olfateó. No olía a nada. La empujó suavemente con su hocico. La máscara rodó un poquito, pero no hizo ningún ruido inteligente. La levantó con sus patas delanteras y se sorprendió de lo ligera que era. La golpeó despacito con una uña. ¡Sonaba hueca!
El zorro la miró fijamente por un momento, ladeando su propia cabeza. Luego, con una pequeña sonrisa astuta, dijo: "¡Qué cabeza tan bien hecha y tan bonita por fuera! Es una verdadera lástima que por dentro no tenga nada de cerebro."
Y dejando la máscara donde la encontró, el zorro siguió su camino, pensando que no todo lo que brilla y parece grandioso por fuera, tiene algo valioso en su interior.
1323 Vistas