• El león y el jabalí

    Fábulas de Esopo
    Un día, cuando el sol calentaba con mucha fuerza, un león y un jabalí llegaron al mismo tiempo a una pequeña charca para beber agua. ¡Qué sed tenían los dos!

    El león, con su melena imponente, dijo:
    —Yo soy el rey de la selva, así que beberé primero.

    Pero el jabalí, que no era nada miedoso y tenía unos colmillos muy puntiagudos, resopló:
    —¡De ninguna manera! Yo también tengo mucha sed y llegué al mismo tiempo que tú.

    Empezaron a discutir. Primero con gruñidos, luego con rugidos, y pronto estaban listos para una gran pelea. Querían ver quién era el más fuerte y quién merecía beber primero.

    Justo cuando iban a lanzarse el uno contra el otro, se detuvieron un momento para tomar aire. Estaban muy cansados solo de discutir. Entonces, miraron hacia arriba y vieron algo que los hizo pensar. Unos buitres volaban en círculos sobre ellos, esperando pacientemente.

    El león miró al jabalí y le dijo:
    —¿Ves esos buitres? Están esperando a que uno de nosotros pierda la pelea para comérselo.

    El jabalí asintió con la cabeza.
    —Tienes toda la razón. ¡Qué listos son! Prefiero ser tu amigo y que bebamos los dos, a que uno de nosotros se convierta en su almuerzo.

    —Estoy de acuerdo —dijo el león.

    Así que el león y el jabalí bebieron agua tranquilamente, uno al lado del otro. Descubrieron que era mucho mejor compartir y ser amigos, que pelear sin sentido y que otros se aprovecharan.

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