• La zorra y las uvas

    Fábulas de Esopo
    Un día, mientras el sol brillaba con fuerza en el cielo azul, un zorro caminaba por un viñedo. Tenía un poco de sed y ¡zas! vio algo delicioso: un racimo de uvas grandes y moradas colgando de una parra, muy, muy alto.

    "¡Qué ricas se ven!", pensó el zorro. "Serían perfectas para calmar mi sed."

    Así que tomó impulso y ¡hop!, dio un gran salto. Pero las uvas estaban demasiado altas. Apenas las rozó con la punta de la nariz.

    El zorro no se rindió. "¡Lo intentaré otra vez!", se dijo. Retrocedió un poco más, corrió y ¡zas!, saltó con todas sus fuerzas. ¡Casi! Pero todavía no llegaba.

    Probó una y otra vez, saltando y estirándose, pero el racimo seguía allí, burlándose de él desde arriba. El zorro empezó a sentirse un poco cansado y también un poco frustrado.

    Finalmente, después de muchos intentos, el zorro se detuvo. Miró las uvas por última vez, arrugó el hocico y dijo en voz alta para que nadie (aunque no había nadie) lo oyera: "Bah, total, seguro que están verdes. No me gustan las uvas ácidas. No valen la pena el esfuerzo".

    Y así, el zorro se alejó del viñedo, intentando convencerse de que esas uvas no eran tan maravillosas como parecían al principio.

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