Ole Cierraojos
Cuentos de Andersen
Cuando la luna brilla y las estrellas parpadean en el cielo, hay un personaje muy especial que visita a los niños en sus camas. Se llama Ole Cierraojos, y es un duende de los sueños muy simpático. Siempre va descalzo, con calcetines de seda, y lleva dos paraguas debajo del brazo.
Uno de los paraguas está lleno de dibujos preciosos por dentro. Ole lo abre sobre las cabezas de los niños buenos, y entonces sueñan las historias más maravillosas durante toda la noche. El otro paraguas es completamente liso, sin ningún dibujo. Cuando Ole lo abre sobre un niño que no se ha portado muy bien, ese niño no sueña nada de nada, y se despierta por la mañana sin recordar ni una sola aventura nocturna.
Una semana, Ole Cierraojos visitó a un niño llamado Hjalmar. Cada noche, Ole le contaba algo nuevo.
El lunes, apenas Hjalmar se metió en la cama, Ole Cierraojos tocó con su varita mágica todas las flores de los jarrones. ¡De repente, las flores se hicieron enormes! Se convirtieron en árboles grandes, con ramas que llegaban hasta el techo, y toda la habitación parecía un jardín encantado. Hjalmar jugó entre las flores gigantes hasta que se quedó dormido.
El martes, Ole Cierraojos tocó con su varita los muebles de la habitación de Hjalmar. ¡Puf! Todos los cuadros de la pared empezaron a moverse y a hablar. El retrato de un abuelo contó historias antiguas, y un paisaje pintado cobró vida, con pájaros que cantaban de verdad. Hjalmar se divirtió mucho escuchando las charlas de sus cuadros.
El miércoles, Ole Cierraojos invitó a Hjalmar a un viaje en barco. ¡Pero qué barco! Era un barco que podía volar. Subieron por la ventana y navegaron por encima de los tejados de la ciudad, bajo un cielo lleno de estrellas. Vieron una pequeña tormenta, pero Ole sujetó fuerte el paraguas de los sueños y todo fue tranquilo. Incluso vieron cigüeñas que volaban hacia países cálidos, y una le contó a Hjalmar un cuento sobre pirámides y desiertos.
El jueves, Ole Cierraojos le dijo a Hjalmar: "Prepara tu mejor traje, porque esta noche vamos a una boda". De repente, apareció un ratoncito muy elegante que invitó a Hjalmar a la boda de dos ratones que se celebraba ¡debajo del suelo de la despensa! Hjalmar se hizo pequeñito, pequeñito, y fue a la fiesta. Todos los ratones bailaban y comían miguitas de queso y bizcocho. ¡Fue una boda muy divertida!
El viernes, Ole Cierraojos se sentó en la cama de Hjalmar y le dijo: "Hoy te voy a hablar de mi hermano. Él también se llama Ole Cierraojos, pero la gente le conoce como la Muerte. No te asustes, no es malo. Él solo visita a las personas una vez en la vida. Cuando llega, las sube a su caballo y les cuenta las historias más bonitas del mundo mientras viajan a un lugar nuevo y tranquilo. Les muestra sus libretas de notas, donde están apuntadas todas las cosas buenas que han hecho".
El sábado, Ole Cierraojos no contó ninguna historia. "Hoy tengo mucho trabajo", dijo. "Tengo que limpiar las estrellas para que brillen más, y preparar los sueños para mañana, que es domingo". Así que Hjalmar vio cómo Ole pulía las estrellas con un paño mágico hasta dejarlas relucientes.
El domingo, Ole Cierraojos le mostró a Hjalmar un retrato de su hermano, el otro Ole Cierraojos, la Muerte. No parecía triste ni daba miedo. Parecía un señor amable con un traje bordado de estrellas. "Él viene a buscar a la gente cuando su tiempo en la tierra ha terminado", explicó Ole. "Y les enseña lo bueno que han sido. ¿Ves? No hay que tenerle miedo". Hjalmar entendió que el hermano de Ole también hacía un trabajo importante.
Y así terminó la semana de Hjalmar con Ole Cierraojos. Cada noche, este duende de los sueños sigue visitando a los niños, abriendo su paraguas de colores para los que han sido buenos. ¿Quién sabe? Quizás esta noche te visite a ti.
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