• Juno y el dios del matrimonio

    Mitología romana
    ¿Saben quién era una de las diosas más importantes en el cielo brillante donde vivían los dioses romanos? ¡Era Juno! Y no era una diosa cualquiera, ¡era la reina de todos ellos!

    Juno era alta y muy elegante, siempre con una corona que brillaba como el sol. Estaba casada con Júpiter, que era el rey de todos los dioses, ¡el jefe más grande! Así que Juno era la reina.

    Pero Juno tenía un trabajo muy especial además de ser reina. Ella era la diosa del matrimonio. ¿Saben qué es el matrimonio? Es cuando dos personas se quieren mucho, mucho, y deciden formar un equipo para toda la vida, cuidándose y queriéndose. Juno se encargaba de que esos equipos fueran fuertes y felices. Ella protegía a todas las esposas y a las familias.

    A Júpiter, su esposo, a veces le gustaba mirar a otras diosas o mujeres guapas, y ¡uy! eso a Juno no le hacía ninguna gracia. Se ponía un poco seria y fruncía el ceño, porque para ella, el matrimonio era algo muy importante y sagrado. Ella pensaba: "¡Oye, Júpiter! ¡Recuerda que somos un equipo y que el amor y el respeto son lo primero!".

    A veces, cuando Júpiter se portaba un poquito distraído con otras, Juno se enfadaba un poquito, ¡pero era porque quería mucho a Júpiter y quería proteger lo que tenían juntos! Ella era como una mamá osa protegiendo a sus cachorros, pero en vez de cachorros, protegía el amor y la unión de las parejas.

    Uno de los animales favoritos de Juno era el pavo real. ¿Han visto qué plumas tan bonitas tiene, llenas de dibujos que parecen ojos? Se dice que esos "ojos" ayudaban a Juno a estar atenta y a vigilar que todo estuviera bien en los matrimonios del mundo.

    Así que, aunque a veces Júpiter le daba algún que otro dolor de cabeza, Juno siempre será recordada como la gran reina del cielo, la protectora de las familias y la que nos enseña que quererse y cuidarse mutuamente es algo muy, muy especial.

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