• La leyenda de Mazu

    Mitología china
    En una isla bonita y llena de sol, cerca del gran mar azul, vivía una familia buena y trabajadora. Un día, la mamá tuvo una bebé muy especial. Cuando nació, ¡sorpresa! No lloró ni un poquito, ni hizo ningún ruido. Por eso, sus papás la llamaron Moniang, que significa "Niña Silenciosa".

    Moniang creció siendo una niña muy lista y con un corazón enorme. Le encantaba mirar el mar y parecía entender sus secretos. A veces, cuando el cielo se ponía gris y las olas empezaban a rugir, Moniang le decía a los pescadores: "¡Hoy no salgan a pescar, el mar estará muy enojado!". Y siempre tenía razón.

    Un día terrible, el papá de Moniang y su hermano mayor salieron en su barco a pescar. Moniang estaba en casa, tejiendo tranquilamente, cuando de repente sintió una punzada en el corazón. ¡Sabía que algo malo estaba pasando en el mar! Cerró los ojos con fuerza y, como en un sueño, vio a su papá y a su hermano luchando contra olas gigantes en medio de una tormenta furiosa.

    Con toda la fuerza de su mente, Moniang intentó sujetar los barcos. Imaginó que sus manos eran cuerdas fuertes que los sostenían. Logró agarrar el barco de su papá con una mano imaginaria y el de su hermano con la otra. Pero justo en ese momento, su mamá la vio tan quieta y pálida que se asustó mucho y la sacudió para despertarla, gritando: "¡Moniang, Moniang! ¿Qué te pasa?".

    Moniang abrió los ojos de golpe. ¡Oh, no! Al despertar, tuvo que "soltar" la mano imaginaria que sostenía el barco de su hermano. Pudo mantener a salvo el barco de su papá, que regresó a casa sano y salvo, aunque muy asustado. Pero el barco de su hermano se perdió en la tormenta. Moniang se puso muy triste, pero desde ese día, todos supieron que tenía un poder especial para ayudar a la gente del mar.

    Moniang siguió usando su don para ayudar a muchos. Si alguien estaba enfermo, ella sabía cómo cuidarlo. Si había problemas, ella encontraba la solución. La gente la quería mucho.

    Un día, cuando ya era una joven muy sabia y buena, Moniang subió a la montaña más alta de la isla. Miró el mar por última vez, sonrió, y una luz brillante la rodeó. ¡Puf! Desapareció, elevándose hacia el cielo.

    Desde ese día, la gente dice que Moniang se convirtió en Mazu, la diosa protectora del mar. Cuando los marineros y pescadores están en peligro, le rezan a Mazu. Y muchas veces, ven una luz cálida en medio de la tormenta que los guía a un lugar seguro. Así, la Niña Silenciosa se convirtió en la guardiana valiente de todos los que viajan por las aguas.

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